Códigos de conducta y éticos

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Beneficios del Comportamiento Ético:

Una gestión empresarial bajo criterios éticos genera, sin duda alguna, beneficios para la organización. Veamos algunos:

 
 

 

Concepto de Código ético

Compilación de normas y reglas que determinan el comportamiento ideal o más apropiado para un grupo específico destinado a las personas que forman parte de las organizaciones. El código ético es la afirmación formal de los principios que definen los estándares del comportamiento específico de una organización.  

La ética va más allá del estricto cumplimiento y observancia de las leyes vigentes, puesto que ciertas actividades consideradas legales pueden no ser éticas. Así, por ejemplo, el trabajo infantil es legal en alguna parte del mundo, pero sin duda éticamente inadmisible para una sociedad avanzada y socialmente responsable. Es por ello que la ética es algo más que el simple cumplimiento de las normas legales.

La ética va más allá del estricto cumplimiento y observancia de las leyes vigentes, puesto que ciertas actividades consideradas legales pueden no ser éticas. Así, por ejemplo, el trabajo infantil es legal en alguna parte del mundo, pero sin duda éticamente inadmisible para una sociedad avanzada y socialmente responsable. Es por ello que la ética es algo más, va más allá…

Códigos de conducta. Autorregulación sectorial

En estrecha relación con el principio de transparencia y como vehículo de expresión de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial se encuentran también los códigos de autorregulación.

Cada vez son más numerosas las organizaciones que formulan su propio código de conducta a modo de reglamento de orden interno. Desde el punto de vista de los empleados/as y directivos/as constituye un factor clave ya que, al pasar a formar parte de los valores de la organización, aceptan el compromiso moral de asumir las normas de dicho código en su conducta profesional. Constituye un mensaje que se lanza a la sociedad expresando el compromiso de la organización de asumir voluntariamente determinadas responsabilidades. 

El término “autorregulación” se usa generalmente como antónimo de “regulación”, situándose el discurso entonces en la contraposición genérica entre voluntariedad y normatividad. Esta autorregulación puede entenderse en clave de organización individualmente considerada, pero también de sector, o territorial.

Sin lugar a duda, dicha autorregulación resulta sumamente conveniente para corregir los impactos negativos que las organizaciones generan en el desarrollo de su actividad, y se implementan para influir positivamente en las prácticas de sus socios de negocio globales, y como modo de informar a sus grupos de interés (stockholders) sobre los principios que se siguen en la producción de los bienes y servicios que manufacturan o prestan. 

Se trata pues de instrumentos muy relevantes para la promoción de los derechos humanos, laborales y medioambientales, así como de medidas de lucha contra la corrupción, en especial en aquellos países en los que las autoridades públicas no aplican normas mínimas común y pacíficamente aceptadas en las sociedades occidentales.